Un plato sencillísimo, bastante rápido y que está tan bueno frío como caliente. Rara es la semana que no lo preparo.
Ingredientes
- 3 calabacines
- 1 cebolla
- aceite de oliva virgen extra
- sal marina sin refinar
- pimienta
Preparación
- Lavamos bien los calabacines y los «rompemos» en trozos (hacemos un pequeño corte y con el giro del cuchillo provocamos la rotura del pedazo que estamos cortando para favorecer su cocción).
- Pelamos la cebolla y la cortamos en trozos. No hace falta pasar mucho trabajo porque luego batiremos todo.
- En una cazuela echamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra y cuando esté caliente, añadimos los calabacines y la cebolla.
- Añadimos un poco de sal para ayudar a las verduras a sacar su propio jugo. Podemos añadir también unos golpes de molinillo de pimienta.
- Revolvemos bien, bajamos el fuego a medio-suave y tapamos la cazuela. Podemos echar medio vaso de agua y despreocuparnos o estar un poquito pendientes para evitar que se peguen y dejar que poco a poco, se cuezan en su propio jugo. Yo rara vez añado agua, aunque depende de la calidad de los calabacines o de la textura final que queramos conseguir.
- Cuando están cocidos, batimos y ya está listo para comer.
Variaciones y toques especiales
El «puré base» tal cual os lo he presentado, me parece que está riquísimo y os animo a probarlo. Pero si además os sentís juguetones, os sugiero añadir…
- comino y/o cúrcuma durante la cocción.
- 1 cucharadita de semillas de lino.
- una cucharadita de aceite de coco bio o un chorrito de aceite de oliva virgen extra (prensados en frío) a la hora de servir.
- como posiblemente la sal que hayamos usado durante la elaboración del plato no sea suficiente, podemos sazonar con gomasio.
De una en una o ¡todas a la vez! Probadlo y me contáis ; -)
oh qué sencillo y qué buena pinta!!! Y vaya foto, es aún más apetitoso!!
Una opción es añadir un trozo de calabaza y un par de zanahorias.
Un poco de queso «filadelfia» o de otro tipo al batirlo también le da un punto bueno.
El próximo lo voy a hacer tu receta, Luisa, besos
Muchas gracias Jesús : -)
La verdad es que me gusta tanto sólo con calabacín y cebolla que no me ha dado por experimentar añadiendo más ingredientes. Sólo jugando con aromáticas, especias y aceites, con los que se obtienen matices totalmente diferentes. ¡Pero tomo nota!
La calabaza la tengo en cuarentena. En mis primeros días de dieta debí leer en algún listado que tenía mucho almidón y la descarté. Sin embargo hace unas semanas vi que no era así y decidí celebrarlo con un gran plato de puré de calabaza (¡delicioso!) para cenar. Las consecuencias fueron nefastas. Dos días después el cuello tieso y al día siguiente, una de las peores noches intestinales de mi vida. Pero creo que debió cruzarse otra cosa por medio. Volveré a probar un día de estos (y me avituallaré de limones por si acaso, jajaja). En realidad el contenido en almidón de la calabaza parece ser el del calabacín y este lo he comido siempre sin problema…
En cuanto al queso, alguna vez hace años, añadí las típicas porciones de queso (quesitos) y sí es cierto que da un toque. Por lácteo, entre otros, ya no los como.
Ya nos contarás si te gusta esta versión más «sencilla».
¡Un abrazo!
Hola!
Bueno me animo a escribirte! Primero gracias por las recetas, tengo el el horno mi primer pan de almendras.
Estoy operada 3 veces de espalda, dos por error y una tercera hace 3 meses para retirar lo puesto por error. Llevo desde viernes con crisis de espondilitis, la cual me han diagnosticado después ds operarme dos veces, en fin…tengo 30 años y tanto ya pasado…
Hace dos días que conocí lo del almidón, he decidido probarlo a ver si me funciona y cambiar mis hábitos, todo por mejorar.
Leí que tu estabas mejor, pero he leído tus comentarios, los lácteos también son malos?
Y la zanahoria se puede?
Muchas gracias y mucho animo a todos los que leen, tienen espondilitis y tienen la suerte de encontrar este blog tan maravilloso!
Hola Emi,
Gracias a ti por tu comentario. Eres muy amable 🙂
Vaya historial llevas. Siento mucho lo de tus operaciones. Espero que todo mejore a partir de ahora…
Hace 4 años tomé la misma decisión. No me conformaba con paliar los síntomas a base de medicarme de por vida. Si había algo en mi mano que pudiera hacer para evitar los brotes, había que ir a por ello. Tuve la enorme suerte de encontrar la dieta, de seguirla y de que me funcionara. Fue un proceso largo, pero mereció la pena. Sospecho que por haber sido diagnosticaba relativamente rápido, la dieta y el ejercicio físico regular, puedo vivir sin medicación y con más energía que nunca.
Respecto a los lácteos y la zanahoria, próximamente quiero escribir algo en la web porque es un tema recurrente que suelen preguntarme.
Yo no tomo lácteos. Creo que no me sientan bien. La leche nunca me ha gustado y tampoco me supone demasiado esfuerzo prescindir de yogures y queso que es lo único que comía muy ocasionalmente. No puedo decirte si los lácteos son buenos o malos porque eso solo depende de tu intestino, o tu flora, o tus enzimas…
Dejé de comer zanahoria durante 1 año porque había visto en algún sitio que tenía almidón. Un día decidí probar a hacerle el test del yodo y comprobé que siempre me daba negativo en cualquiera de sus formas: cocida, salteada o cruda (he tomado muchos licuados y creo que nunca me ha hecho daño). No tengo experiencia con la envasada.
Pero no te fíes de mi experiencia, ni des por hecho lo que digo ; -)
Cuando sospecho que un alimento me hace daño, lo extraigo de mi dieta por completo y cuando estoy bien, lo pruebo y observo los próximos días si hay reacción. Es complejo y no siempre sacas conclusiones claras… Pero poco a poco te vas conociendo.
Creo que no he sido de mucha ayuda, pero si mis experiencias te sirven de algo, cuenta con ellas.
Estamos en contacto al menos en Instagram ; -)
(¡Gracias por seguirme!)
Un abrazo