El gomashio ha sido una de las mejores incorporaciones a mi dieta (¡mil gracias Jose!). Su aroma y sabor le han convertido en un imprescindible de mi cocina. Lo utilizo para cualquier plato, pero especialmente para sazonar ensaladas, sopas y purés. Está tan bueno, que alguna vez me he comido una cucharadita a palo seco. Después de 2 años de dieta sin almidón, me hace recordar sabores casi olvidados. Si es vuestro caso, probadlo porque os va a dar mucha vidilla.
Ingredientes
- 15-18 cucharaditas de semillas de sésamo crudo
- 1 cucharadita de sal marina sin refinar
Elaboración
- Vertemos el sésamo en un colador y lo lavamos con agua fría.
- Ponemos una sartén al fuego sin aceite ni ningún otro tipo de grasa y cuando esté caliente, echamos el sésamo.
- Con ayuda de una cuchara de madera vamos moviéndolo constantemente para que no se queme. Poco a poco se va secando y los granos van soltándose, comienza a oler de maravilla y el sésamo empieza a saltar emitiendo chasquidos. Es momento de pasarlo de la sartén al mortero estriado o suribachi. Hay quien utiliza un molinillo eléctrico para molerlo.
- Añadimos la cucharadita de sal y comenzamos a molerlo con el mortero. El aroma es increíble y si lleváis tiempo sin comer pipas de girasol, palomitas o cacahuetes, os recordará un poco a todos ellos. Un placer para los sentidos…
Pero lo mejor no acaba en lo bien que huele y lo bueno que está. Además de «salar» nuestro plato, el sésamo estará aportando proteínas, grasas insaturadas (lecitina, que ayuda a regular los niveles de colesterol en la sangre), ácidos grasos esenciales (omega 6), minerales (sobre todo calcio), vitaminas del grupo B, vitamina E y fibra.
Para que no se rancie, es mejor comerlo rápido. A mi me dura una semana o semana y media. Suelo guardarlo en un tarro bien cerrado en el frigorífico.
Lo he descubierto hoy, lo he preparado, y me ha encantado! Es muy cierto que recuerda a palomitas, es lo primero que he pensado al probarlo 🙂
¡Elena! ¡Ha pasado más de un año! Debí despistarme con este comentario… Lo siento.
Muchas gracias. Me alegro de que te gustase : -)
Un abrazo.
Hola! Una pregunta (soy muy nueva en esto): dónde puedo comprar almendra molida, sésamo y tal en una cantidad y un precio rentable? Ayer compré la almendra molida y el sésamo de Hacendado (Mercadona) y hay poquísima cantidad, no muy bien de precio… Muchas gracias por adelantado!
Mira a quién me encuentro en el blog poniéndome al día con él. Jajajaja. El sésamo lo compro en herboristerías. La almendra, como hace años la comía en mayor cantidad, la compraba directamente al productor en paquetes de 5 o 10 Kg. Hacía una búsqueda en el navegador de productores nacionales, contactaba con ellos para conocer precio y cantidad por pedido y listo. Fui cambiando de «proveedor», así que no te puedo decir uno concreto. Además ya te digo que hace tiempo que dejé de comer ese pan y ya no compro almendra en esas cantidades.
Gracias por tu comentario Pau, y disculpa que haya tardado en contestar.
Un abrazo 🙂
Buenos dias
En la dieta sin almidon se pueden comer semillas de sesamo y frutos secos como almendras, nueces… encuentro informacion contraductoria y como se q tu tienes informacion y experiencia no se si m puedes aclarar la duda…
Gracias
Hola Patty,
Lo que hice fue ver qué alimentos contenían mucho almidón y eliminarlos (cereales, legumbres, tubérculos, etc.), y otros que tenían una pequeña cantidad, valoraba un poco más adelante si podía tomarlo o no. Al inicio, hice la dieta lo más estricta posible pero como pronto empecé a encontrarme mejor fui añadiendo alimentos que quizás hubiera tolerado desde el inicio pero por precaución no tomé, o porque simplemente no formaban parte de mi dieta anterior o no los conocía.
Utilicé un libro con tablas de composición de alimentos (tengo el de Moreiras, Carbajal, Cabrera y Cuadrado) para saber el contenido en almidón de los alimentos que solía consumir. Hice un listado con ellos, taché los que iba a eliminar (temporalmente o no) y me centré en los que sí podía comer (creo que es importante esta actitud, dejar de pensar en lo que no comemos y tratar de disfrutar al máximo con lo que sí). Si no quieres comprarte un libro, puedes buscar en internet porque hay páginas que te dan la composición nutricional de los alimentos.
Respecto a los frutos secos, más que pensar en cuánto almidón contenía cada uno, eliminé algunos según sus porcentajes (las castañas, las pipas de girasol, la chufa y los anacardos, eran los que más tenían). Los cacahuetes también estaban eliminados, pero por ser legumbres (no son un fruto seco, es una equivocación común). Lo mismo con las semillas. Yo apenas tomaba antes del cambio de dieta y tardé en incorporarlas, pero el contenido en almidón del sésamo es bajo y creo que nunca me dio problemas.
De todos modos, no soy nutricionista e hice esta dieta por mi cuenta, leyendo muchos libros, basándome en mi intuición… Estoy casi segura de que eliminé más alimentos de los que podía haber comido con seguridad. Hoy en día se encuentran más fácilmente profesionales de la salud más sensibilizados con el tema autoinmune (lamentablemente no en la seguridad social). Seguro que un buen nutricionista podría aclararte estas dudas mejor o configurarte una dieta completa dentro de las restricciones que tu cuerpo necesite.
Gracias a ti por tu comentario.
Un abrazo 🙂