Después de un  fin de semana invernal a base de manzanas y mucho frío, con el excedente de la fruta decidí probar a hacer compota. Nunca había comido y la verdad que la idea de comer fruta cocinada, tampoco me atraía. Pero me sorprendió gratamente. La he comido caliente en alguna ocasión y así me satura bastante, pero fría a media mañana en plan potito, entra sola. O extendida sobre pan de almendras en el desayuno a modo de mermelada sobre una ligera capa de puré de umeboshi. ¡Deliciosa!

Compota de manzana y membrillo

En mis platos evito utilizar azúcar, así que decidí sustituirlo por pasas y orejones. Alguna vez he añadido un poquito de sirope de ágave también. Si eres muy goloso, quizás las proporciones que indico en los ingredientes te resulten insuficientes. Es tan fácil como ir añadiendo, probando y encontrar el punto que más te guste ; -)

Ingredientes
  • 2 o 3 manzanas (suelo hacerlo con reineta)
  • 1 membrillo
  • 6 orejones
  • 1 puñado de uvas pasas
  • ½ vaso de agua

Ingredientes para compota de manzana y membrillo

Preparación
  1. Lavar muy bien las manzanas (yo no las pelo) y cortar en pedazos.
  2. Pelar el membrillo y cortar en pedacitos. Mejor si son un poco más pequeños que los de la manzana, ya que su carne es más dura de cocer.
  3. Echar todos los ingredientes en una cazuela con el medio vaso de agua y poner a un fuego moderado-bajo. A medida que se vaya cociendo, con una cucharilla podemos probar el «agua» para ver si está a nuestro gusto.
  4. Una vez cocidos los ingredientes, los batimos con la batidora.
  5. Si somos muy golosos y nos la comemos pronto, podemos guardarla toda en un recipiente en el frigorífico. Si no, podemos dividirla en tarros pequeños y embotarla como conserva para guardarla más tiempo.

Compota de manzana y membrillo para desayunar