Lines, mi pescatera, como ve que no soy de mar, me suele sugerir cómo cocinar lo que me traigo a casa. Le tengo que agradecer esta receta y sobre todo la salsa de tomate, porque me ha encantado. Nunca había utilizado zanahoria para hacerla, pero es una forma muy apetecible de evitar utilizar azúcar para contrarrestar la acidez del tomate.

Albóndigas de verdel con salsa de tomate

Ingredientes
  • unas cuantas horas de reposo para la «masa» de las albóndigas
  • 2 verdeles
  • 2 cebollas
  • pimiento verde
  • 1 huevo
  • 3 o 4 cucharadas de almendra molida
  • 2 o 3 zanahorias
  • 1 diente de ajo
  • tomates o si no es temporada o estáis perezosos, tomate entero embotado o triturado.
  • pimienta blanca
  • sal marina sin refinar
  • aceite de oliva virgen extra

Albóndigas de verdel con salsa de tomate

Preparación
  1. Picamos los verdeles. Se puede hacer con un procesador de cocina o con mucha paciencia y un cuchillo bien afilado (¡doy fe!).
  2. Picamos muy menudo el pimiento y media cebolla y lo mezclamos con el verdel (sí, todo crudo), incluyendo además en la mezcla 1 huevo, unas gotas de aceite de oliva y 1 o 2 cucharadas de almendra molida. Salpimentamos, creamos una masa más o menos homogénea donde todos los ingredientes estén bien mezclados y lo llevamos en un recipiente al frigorífico donde lo dejaremos reposar durante unas cuantas horas. Yo lo tuve toda una noche.
  3. Después del reposo, creamos bolitas con las manos. Iba a pasarlas por la sartén, pero en el último momento pensé que quedarían menos aceitosas en el horno. Puse un poquito de aceite en el fondo de una bandeja para que no se pegaran y una pequeña pincelada sobre cada una de ellas. Para probar, unas las pasé por almendra molida y otras las dejé sin nada, tal cual salían de mis manos. Ambas aguantaron sin romperse (en el horno es más fácil al estar quietas), así que para horno al menos, no es necesario «rebozarlas».
  4. Llevamos al horno y mientras, podemos ir comenzando a preparar la salsa de tomate. Id echando un ojo a las albóndigas de vez en cuando. En función del tamaño se harán más o menos rápido y aunque no estén bien, bien cocinadas, no importa porque las meteremos de nuevo con la salsa durante unos minutos más. De hecho, es mejor que estén sólo ligeramente doradas por el exterior para que no se sequen.
  5. Para la salsa, picamos la cebolla y media que nos queda y las zanahorias. Las rehogamos en la sartén. Unos minutos antes de incorporar el tomate triturado, añadimos el diente de ajo picado. Podemos probar con alguna hierba aromática también. Esta vez, yo sólo añadí sal.
  6. Dejamos cocer todo a fuego lento y cuando estén blanditas las zanahorias y la cebolla, lo trituramos todo con la batidora.
  7. Añadimos la salsa sobre las albóndigas y llevamos de nuevo al horno. Con unos minutos es suficiente.
Albóndigas de verdel con salsa de tomate

No es que hayan menguado. Reservé algunas sin «manchar» para emplatar y otras se me cayeron a la boca…

Albóndigas de verdel con salsa de tomate